lunes, 5 de mayo de 2008

Gestión de fuentes parte I

Actualmente el fácil acceso a la tecnología y más específicamente a las fuentes digitales nos lleva a saturar nuestras computadoras con infinidad de fuentes (piratas en su mayoría), lo que provoca que los programas y el sistema operativo trabajen lento, ya que las fuentes también son un programa y consumen recursos del sistema. Lo peor es que no conocemos todas las fuentes que tenemos, no buscamos conocerlas y caemos en utilizar nuestras fuentes favoritas por pereza o urgencia de un trabajo, aunque no sean las mejores para el proyecto.
Los gestores o administradores de fuentes deben formar parte de nuestro software básico, su función es “rasterizar” las fuentes para su visualización en pantalla, instalación y desinstalación de las mismas y herramientas de creación de grupos de fuentes, así como la activación y desactivación de estos.
Lo que sugiero es que actives un grupo básico con fuentes de tu elección, con no más de diez familias; y que antes de abrir el InDesign, Illustrator y demás software hagas una selección de la tipografía a emplear y la actives desde el FontBook o ATM. De esta forma no necesitas entrar a las carpetas de los distintos programas o en la librería del sistema. Desde estos programas es posible agrupar las familias tipográficas por proyecto, e igualmente activar o desactivar grupos.
Adobe desarrolló el ATM en versiones Light y Deluxe, esta última permite identificar fuentes desaparecidas, dañadas o duplicadas; personalmente no lo utilizo en Mac, por que aunque funcionaba bien en el sistema 9, requiere en las últimas versiones que se emule el sistema clásico. Para el sistema X, Apple desarrolló Font Book, un software de manejo muy sencillo, que permite visualizar al igual que ATM una muestra de la fuentes e información de la fuente, la compañía que la distribuye y el diseñador.

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